La revancha de las empresas tradicionales
Cada 25 años aproximadamente, surge una nueva arquitectura tecnológica que cambia la forma en que operan las empresas y transforma los segmentos de mercado.
En la década del 50, los mainframes permitieron automatizar los procesos de sectores como la manufactura y los servicios financieros.
A principios de la década del 70, la producción de microprocesadores dio inicio a la invención de la computadora personal que surgió una década más tarde, lo que proporcionó el poder de cómputo al alcance de la gente de negocios, cambiando la forma en que trabajaban.
En los 90, la World Wide Web llevó a la invención de nuevas formas de vender y hacer negocios a través de Internet. Lo que hoy llamamos computación en la nube comenzó como una computación centrada en la red hace dos décadas. Y los dispositivos inteligentes conectados a través de Internet a centros de datos en la nube han impulsado negocios digitales en muchos sectores.
Ahora estamos viendo evolucionar una nueva arquitectura tecnológica que resultará en nuevas arquitecturas comerciales. Como las organizaciones hoy en día manejan grandes cantidades de datos, la combinación de datos con inteligencia artificial (IA) o aumentada está creando la próxima arquitectura tecnológica, que una vez más está cambiando la forma en que se llevan a cabo los negocios. La combinación está creando modelos de negocio que operan basados en la inteligencia, no solo en la información, y esa inteligencia puede crecer exponencialmente, dar una nueva dimensión al negocio y desafiar las ventajas competitivas establecidas.
Las empresas de todos los tamaños y en todos los segmentos están aprovechando esta oportunidad. De hecho, se espera que el gasto global en tecnología relacionada con la IA exceda $ 57.6 mil millones en 2021, en comparación con los $ 12 mil millones que se gastaron en 2017, según IDC.
Mientras que el 20% de todos los datos en el mundo es estructurado y puede ‘ser buscado’, el 80% no lo es y puede estar compuesto por videos, fotos, información del cliente, datos médicos, redes sociales, etc. Es ese 80% el que puede cambiar dramáticamente la toma de decisiones que realiza la empresa. Esta es la ‘data’ más valiosa del mundo y están en las manos de compañías e instituciones tradicionales ya establecidas.
Hoy, más que nunca, vemos que el pasado es relevante para crear el futuro de las empresas. Las empresas tradicionales traen un legado de valioso know-how y conocimiento que no pudieron ser explorados en profundidad previamente porque no tenían la capacidad real de la inteligencia artificial para transformar todos sus datos en ‘insights’. Hasta la aparición de IBM Watson…
Ahora, la IA ayuda a las organizaciones a aprovechar el 80% de los datos no estructurados para crear ventajas competitivas. Y eso es lo que permitirá a compañías que han sufrido la disrupción a convertirse en disruptivas. La próxima ola de tecnología, a diferencia de la anterior, proporcionará una ventaja a las empresas tradicionales sobre las nativamente digitales. La primera fase de la revolución digital favoreció a un pequeño número de gigantes de plataforma que se beneficiaron del efecto de red. La siguiente fase no trata solo sobre la red, sino también sobre el conocimiento y el uso de este. Eso dependerá de los datos de propiedad, así como de la experiencia, en manos de compañías establecidas. Aquellos que lo usan sabiamente, con la ayuda de IA, ganarán.
Esto implica el manejo responsable de la ‘data’. IBM tiene el compromiso con la responsabilidad de los datos y creemos que las organizaciones que recopilan, almacenan, administran o procesan datos tienen la obligación de manejarlo de manera responsable. Es decir, manejar la ‘data’ con principios de seguridad, privacidad y transparencia y con el compromiso de preparar a la fuerza laboral para las funciones que surgirán con estas nuevas tecnologías.
La economía de la ‘data’ abre las puertas a la era del conocimiento exponencial. Y las empresas tradicionales tienen una gran ventaja competitiva para ganar en este nuevo mundo: el 80% de la ‘data’ del mundo. Tal cual las empresas digitales fueron disruptivas en estos últimos 20 años, así lo serán las empresas tradicionales en las próximas décadas.
