Por el equipo de GMO GlobalSign.
¿Recuerdas cuando los certificados SSL/TLS se emitían por tres años? Esa era ya pertenece al pasado. En los últimos años, la validez de los certificados ha pasado de años a meses, y ahora el sector se prepara para una nueva fase: certificados con una duración de tan solo 47 días.
Aunque pueda parecer un cambio drástico o incluso una complicación adicional para los equipos de TI, esta transformación va mucho más allá de la gestión operativa. Es una respuesta estratégica a los desafíos de la próxima era de la criptografía post-cuántica (PQC) y a la necesidad de construir infraestructuras más ágiles y resilientes.
El fin de los certificados de larga duración
En abril de 2025, el CA/Browser Forum (CA/B) aprobó una medida que reducirá gradualmente el periodo máximo de validez de los certificados SSL/TLS a 47 días para 2029. La razón es clara: a menor duración, menor riesgo. Si una clave se ve comprometida, el impacto es limitado y el tiempo de exposición se reduce drásticamente.
Durante años, las empresas optaron por certificados de larga duración para simplificar la gestión y reducir el trabajo administrativo. Sin embargo, este enfoque trae consigo una desventaja importante: una menor capacidad de respuesta ante incidentes o cambios tecnológicos.
Los certificados de corta duración, en cambio, obligan a las organizaciones a automatizar sus procesos de renovación y despliegue, eliminando los errores humanos y promoviendo una cultura de seguridad continua.
Criptografía post-cuántica: la próxima frontera
La llegada de la computación cuántica promete revolucionar el mundo digital… y también desafiarlo. Cuando las computadoras cuánticas alcancen suficiente capacidad, los algoritmos criptográficos tradicionales —como RSA y ECC— quedarán obsoletos. Esto afectará directamente a los cimientos de la seguridad de internet, incluidos los protocolos SSL/TLS.
Por ello, los investigadores y organismos como el NIST están desarrollando estándares de criptografía post-cuántica (PQC) que sean resistentes a los ataques cuánticos. Pero esta transición será compleja: implicará reemplazar millones de certificados y pares de claves en todo el ecosistema digital.
Ahí entra en juego la cripto-agilidad.
Cripto-agilidad: el verdadero objetivo
La cripto-agilidad se refiere a la capacidad de adaptarse rápidamente a nuevos algoritmos y estándares de cifrado. Si tu infraestructura aún depende de certificados de larga duración y procesos manuales, la transición a la PQC será un desafío monumental.
En cambio, con certificados de vida corta, las organizaciones ya practican rotaciones frecuentes y automatizadas. Esta rutina crea un entorno donde el cambio criptográfico —como pasar a algoritmos resistentes a lo cuántico— no es una crisis, sino parte de las operaciones normales.
Adoptar certificados de corta duración fomenta:
- Adaptación inmediata: cuando surjan nuevos algoritmos, tus sistemas estarán listos para migrar sin interrupciones.
- Reducción de riesgos: ante una brecha o compromiso, la exposición se minimiza.
- Automatización obligatoria: los procesos manuales dejan de ser viables, lo que impulsa la modernización tecnológica.
En otras palabras, es un ejercicio constante de flexibilidad y resiliencia digital.
Una PKI en evolución constante
El cambio hacia certificados más cortos no ocurre de manera aislada. Forma parte de una estrategia global impulsada por el CA/B Forum, los proveedores de navegadores y Autoridades Certificadoras (CA) como GlobalSign, que buscan preparar la infraestructura de clave pública (PKI) para la era post-cuántica.
Esta evolución permitirá:
- Transiciones criptográficas más rápidas.
- Mejora continua de las prácticas de seguridad.
- Adopción progresiva de algoritmos cuánticamente resistentes.
La preparación cuántica no consiste solo en elegir un nuevo algoritmo cuando llegue el momento, sino en redefinir procesos y mentalidades hoy, para no improvisar mañana.
Qué pasos puedes tomar desde ahora
Si tu organización aún no lo ha hecho, este es el momento de:
- Automatizar la gestión del ciclo de vida de certificados, para reducir la carga manual y los errores.
- Evaluar las soluciones de PQC que están emergiendo y considerar estrategias híbridas.
- Adoptar certificados de corta duración como parte de una cultura de seguridad proactiva y ágil.
La reducción en la validez de los certificados no es un inconveniente, sino una oportunidad para fortalecer la infraestructura digital y prepararse para un futuro que será inevitablemente cuántico.
En definitiva, los certificados efímeros no solo protegen mejor los sistemas actuales, sino que entrenan a las organizaciones para el cambio constante. Y en un mundo donde la tecnología avanza más rápido que nunca, esa es la verdadera fortaleza.
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