Por Ivan Sánchez, Sales Regional Director, Infoblox.
Imagina recibir una oferta laboral que parece tenerlo todo: horario flexible, excelente salario, posibilidad de trabajar desde casa y con capacitación incluida desde el inicio. Sin procesos complicados, sin entrevistas desgastantes ni filtros interminables. Solo una promesa clara: estabilidad, comodidad y buenos ingresos desde la comodidad de tu hogar.
El trabajo perfecto para generar buenos ingresos sin pruebas psicométricas ni entrevistas estresantes.
Hubo algunas señales raras durante el proceso de postulación —como que el contacto fue por mensaje de texto—, pero siendo honestos, no esperas un proceso de selección tradicional para este tipo de trabajos, ¿cierto?
Además, te has inscrito en tantas agencias y portales de empleo, que no te sorprende que tengan tu número móvil.
Pero aquí está el truco: para asegurar ese jugoso ingreso, necesitas hacer unos pequeños pagos. Como en una inversión: pones un poco de dinero, para ganar más después.
Y mientras esperas… las grandes ganancias nunca llegan.
Este es el nuevo rostro de las estafas laborales. Ofrecen el sueño de un trabajo remoto, ingresos altos y equilibrio entre vida personal y profesional. Suena demasiado bueno para ser cierto… y lo es.
La nueva cara de las estafas laborales
Una investigación reciente reveló la complejidad de las estafas de reclutamiento. Organizaciones criminales han construido una compleja infraestructura mediante interacciones humanas reales para generar confianza y sitios web fraudulentos que imitan organizaciones reales para parecer legítimos. El detallado proceso, paso a paso, establece una relación con las víctimas a través de un ‘reclutador’, así como una presencia legítima en línea, antes de robarles el dinero.
Lo más alarmante es que no buscan talento: buscan víctimas ideales, generalmente personas mayores de 20 años, con ciudadanía local y cuenta bancaria.
Para ganar tu confianza, el estafador se muestra simpático y profesional, justo como cualquier reclutador genuino. A diferencia de otros fraudes que usan lenguaje amenazante, este opera bajo el lema de ‘estafar con amabilidad’.
No te presionan, solo te animan con recordatorios amables. Si dudas y decides investigar la empresa, encontrarás una página web profesional… que en realidad es una copia casi perfecta de una empresa real, usualmente en áreas como marketing digital, e-commerce o SEO.
Infraestructura sofisticada: dominios, pagos y criptomonedas
Estas estafas se sustentan en una red extensa de infraestructura DNS (Sistema de Nombres de Dominio) que aloja miles de sitios fraudulentos activos. Si uno es detectado o eliminado, lo reemplazan por otro nuevo para seguir operando.
Y luego viene el tema del pago: no te piden tu cuenta bancaria. Para recibir tu ‘sueldo’, necesitas abrir una billetera de criptomonedas.
Para reforzar la ilusión, los estafadores incluso te pagan una pequeña cantidad al principio, lo que genera una falsa sensación de legitimidad. Es un truco psicológico: una vez que ves dinero en tu cuenta, confías más.
Después de unas tareas simples, te dicen que las grandes ganancias requieren una “inversión” mínima de tu parte. Y cuanto más inviertes, más podrías ganar… en teoría. La cantidad solicitada va aumentando. Pero el salario prometido es solo una ilusión.
Cuando los estafadores ya han conseguido suficiente, simplemente desaparecen, y el dinero invertido, se pierde para siempre.
Panorama en México: crecientes estafas digitales sofisticadas
En 2023, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) reportó más de 3.5 millones de reclamos por fraudes cibernéticos, muchos relacionados con suplantación de identidad y falsas ofertas laborales; la entidad advierte enfáticamente sobre la necesidad de nunca hacer depósitos previos a candidaturas.
El auge del trabajo remoto ha ampliado el alcance de estas estafas: ahora afectan tanto a perfiles técnicos como a universitarios, freelancers y profesionales en áreas como ventas o tecnología.
Se calcula que el 38 % de estos fraudes proviene de redes sociales y el 32 % de sitios que simulan ser empresas formales. Algunas investigaciones señalan que solo el 6 % de las víctimas logra recuperar lo perdido, siendo el monto promedio defraudado entre 4.000 y 6.000 pesos.
Un estudio de OCC Mundial revela que más del 69 % de los profesionales mexicanos han recibido al menos una oferta falsa en internet, con un 18 % recibiéndolas semanalmente y otro 22 % de forma recurrente. Las principales vías de contacto son:
- Mensajería móvil: 45 %
- Redes sociales: 33 %
- Email: 14 %
- Llamadas telefónicas: 8 %
Este entorno revela un mercado laboral aprovechado por estafadores que explotan la urgencia y vulnerabilidad de los trabajadores en busca de ingresos.
Estas cifras y tendencias subrayan lo urgente de educar y proteger a la población ante vulnerabilidades en el ámbito laboral digital
Conclusión
Las estafas de hoy son cada vez más difíciles de detectar. Se diseñan meticulosamente para generar confianza: venden el trabajo perfecto, establecen relaciones humanas y utilizan páginas web falsas muy elaboradas.
La Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (AMEDIRH) ha alertado sobre un alza en reclutamientos falsos y recomienda verificar dominios oficiales y correos institucionales antes de compartir datos o realizar pagos.
Para protegerte:
Verifica el dominio del sitio web. Si algo no cuadra, investiga o detén el contacto.
Desconfía de ofertas demasiado buenas. Si parece demasiado perfecto para ser cierto… probablemente lo sea.
Consulta con el área de Recursos Humanos de la empresa directamente. Nunca uses solo el número o correo que te proporcionó el reclutador.






