‘La situación actual de Paraguay no es un milagro, sino el resultado de decisiones tomadas desde fines de los 90’. Así comenzó la charla de Prensario TI Latin America con el ingeniero Enrique Duarte, presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) y presidente ejecutivo de turno de la Federación de la Producción, la Industria y el Comercio y los Servicios de Paraguay (Feprinco).
El directivo estuvo presente en el último día del 15° Customer Experience & Innovation Congress realizado en Asunción, donde participó de un panel sobre las oportunidades que tiene todo el sector industrial, a partir del crecimiento sostenido que está teniendo el país. Desde los inicios del plan económico, hasta los desafíos actuales en la generación de mano de obra calificada.
Duarte destacó la importancia de la participación empresarial en estos congresos que, en este caso, reunió a más de 1000 personas de varios países en tres días, del 4 al 6 de noviembre en el Paseo La Galería de la capital paraguaya.
Este ascenso se dio a partir de la creación de un Banco Central independiente con políticas monetarias basadas en metas de inflación. Al respecto, el titular de la UIP y la Feprinco señaló cómo fue este punto de partida: ‘En 2002 se realizó una autocrítica nacional que llevó a un acuerdo público-privado para cambiar la ley tributaria, estableciendo el modelo 10-10-10: 10% de IVA, 10% de renta empresarial y 10% de renta personal, que sigue vigente’.
Estas políticas consolidaron el país: el nivel tributario creció cuatro veces con una disminución de impuestos, y la inflación cayó. Entre 2006 y 2008, Paraguay tu un crecimiento del 4.3%. En los últimos tres años, Paraguay creció a un promedio del 4.3%, mientras que la región sudamericana creció por debajo del 2.5%.
Esta macroeconomía consolidada generó resiliencia, inclusive, durante la pandemia, donde el costo de financiamiento país del Banco Central se redujo a menos del 1%; o durante la guerra de Europa del este donde se frenó la inflación con medidas monetarias eficaces. Todo esto ayudó a reducir los niveles de informalidad: el país pasó de tener de un 55% a un 22% de empleo formal y la pobreza del pasó de estar un 54% a un 21% en 20 años.
Moody’s calificó a Paraguay con grado de inversión en Baa3, una decisión reafirmada con perspectiva estable en agosto de 2025. La Fundación Getulio Vargas, por su parte, ha calificado a Paraguay como el país con mejor clima de negocios en Latinoamérica por tercer año consecutivo. El PIB pasó de menos de 7,000 millones de dólares en 2002 a cerca de 45,000 millones actualmente.
A pesar de este crecimiento sostenido, Duarte se declara no estar ‘satisfecho’ porque considera que el país debería crecer a tasas más altas y atraer más inversión. Para abordar esto, la UIP está trabajando en el plan ‘Por Dos’ con el Ministerio de Industria y Comercio, que busca duplicar el Producto Interno Bruto en 10 años, con un enfoque en el empleo.
El ingeniero también señaló deberes pendientes: trabajar más en productividad, especialmente en educación, y fortalecer la institucionalidad, disminuyendo la informalidad, la burocracia estatal y la corrupción, y aumentando la seguridad jurídica.
Respecto a la fuerza laboral paraguaya, Duarte considera que es fácilmente capacitada o adiestrable, pero se necesita financiación. ‘Esta inversión no es solo responsabilidad del Estado, sino de toda la sociedad civil. Es por ello que la Unión Industrial Paraguaya tiene una universidad, la Paraguayo Alemana (UPA), que ofrece carreras técnicas con doble titulación y enseña en españól, inglés y alemán’
Otra de las instituciones que apoya la UIP es la Fundación Ceprocal (Centro Paraguayo de Productividad y Calidad) con formación técnica ‘El año pasado, más de 10 mil personas pasaron por loscursos, y más de 7.000 obtuvieron títulos homologados. Para el 2025 esperamos que más de 11.000 personas obtengan documentación o títulos’, destacó el directivo.
Para concluir, Duarte reforzó la importancia del empresariado nacional y el trabajo mancomunado. ‘Nosotros, los empresarios, tenemos que abandonar las posiciones mezquinas. Tenemos que entender que la economía es una sola. Necesitamos, entre todos, absorber las mejores prácticas’, concluyó.






